Este año desde Las Comadres Púrpuras hemos realizado una entrevista a la joven Francesca Pérez Romero activista por los derechos de las mujeres e integrante desde 2015 del sindicato de trabajadores y trabajadoras de la Universidad Central de Venezuela.
Francesca es una joven mujer, profesional y empleada administrativa de la Universidad Central de Venezuela que viene haciendo esfuerzos permanentes por dar voz y lucha por los salarios dignos de los trabajadores y trabajadoras en un país que actualmente se ha sumergido en una crisis social, política y económica.
La reconocemos como una joven de la generación de la igualdad porque lucha en favor de alcanzar los derechos de las mujeres y los hombres, su visión nos remonta a una joven trabajadora venezolana que se reconoce dentro un país que ha alcanzado leyes en favor de la mujer pero que ha retrocedido profundamente en los derechos humanos de las mismas.
Es una mujer de profunda visión crítica sobre el contexto político donde las nuevas lideresas son marginadas y discriminadas dentro de los espacios políticos a lo internos como los espacios públicos o de contienda (a lo externo).
En un país donde la democracia paritaria, participativa, inclusiva de las lideresas es de la boca para afuera en el campo de los poderes políticos polarizados que dominan actualmente el país.
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Las presencia de las mujeres trabajadoras en los sindicatos
En el año 2015 esta Francesca se integra al sindicato de trabajadoras y trabajadores de la Universidad Central de Venezuela, sindicato que cuenta con 7.200 afiliados y del cual el 64% son mujeres compuestas por trabajadoras administrativa, técnicas y de servicio en distintas áreas del conocimiento.
La vida dentro del sindicato donde su mayoría son mujeres ha sido de movilizar activamente y exigir a diferentes entes rectores. El primero, al Consejo Nacional Electoral, se ha solicitado en varias oportunidades las elecciones libres sin injerencia de los partidos políticos, ni las mismas autoridades del CNE.
Nos menciona que desde hace tiempo el CNE ha hecho todo lo posible por impedir las elecciones libres y transparentes para los sindicatos a nivel nacional.
“Ese es nuestro mayor obstáculo, sino oxigenamos las dirigencias no se podrá abrir a los nuevos liderazgos de las mujeres que vienen asumiendo las nuevas vocerías, que además vienen conduciendo procesos de luchas. Ese detalle es importante tanto para el sindicato de la UCV, los gremios de las docentes, enfermeras, y otros sectores sociales del país”
Por otra parte toma una pausa para decirnos que la lucha del sindicato es transversal además de venir exigiendo la convocatoria de elecciones al poder electoral del país, también vienen alzando sus voces frente a las autoridades de la Universidad Central de Venezuela quienes tampoco demuestran interés por la situación actual de lxs trabajadorxs.
“Vemos con preocupación cómo las autoridades de la universidad frente a tal situación, no buscan mecanismo para detener la crisis como tampoco el deterioro de la infraestructura de nuestra alma mater, que nos puede exponer a un cierre técnico”, nos advirtió.
Realidad de las mujeres trabajadoras venezolanas
En la actualidad hay un estado de vulnerabilidad de las mujeres trabajadoras, que se agudiza a medida que encrudece la crisis. Ya que las dificultades no nos afectan a todos por igual, así nos lo señaló la sindicalista:
“En esta crisis existen sectores que se han hecho más ricos y poderosos, pero en el caso de las mujeres ha sido todo lo contrario, la inmensa mayoría de las trabajadoras que viven de su salario bolivarizado, porque debemos denotar como aclarar que hay dos realidades los que reciben salarios en dólares, que tienen más acceso a la canasta básica, a bienes y servicios, a la otra realidad de las mujeres que reciben el salario simbólico de 6$ que solo permite acceder al 2% del valor de la canasta básica.
Sumado a ello el plan alimentario, las misiones y los bonos que promueven el estado no cubren a toda la población desfavorecida. Estamos hablando de una población de 28.87 millones en el país y los anuncios que dan los medios oficiales en el tema de entrega de bonos es de 9 a 12 millones a la población, esto no nos da todavía ni la mitad de la población. En el caso del plan de alimentación cabe destacar que se encuentran secuestrados por cúpulas de poderes partidistas, nos referimos puntualmente a las cajas del CLAP.»
¿Qué es ser una mujer trabajadora en la actualidad?
Sumergidas en este contexto la sindicalista nos dice:
“Hay una profunda huella de deterioro en la vida de las mujeres que por muchos años fueron trabajadoras. Tal es el caso de las mujeres jubiladas y pensionadas que viven una situación única en la historia, ya que una pensión equivale a 3$ al mes haciendo que las mujeres le toque escoger entre comer o comprar medicamento, que terminan agudizando los niveles de desnutrición por género, porque las mujeres somos la primeras en reducir los alimentos en una situación de crisis con la finalidad de garantizar el sustento familiar”.
Por otra parte los niveles de violencia estructural en la cual estamos sumergidas como es la planificación familiar a través del acceso a los anticonceptivos de forma gratuita o de bajo costo no están a disposición de todas, y lo que hemos observado sorpresivamente desde las comunicaciones oficiales, es la imperiosa promoción de los embarazos masivos y que obvia las muertes materno infantil en el actual país que vivimos, este es hecho muy violento», nos expone.
A esta situación se le anexan otro componente que es el de las mujeres trabajadoras tercerizadas:
“Las mujeres al tener estos salarios miserables se ven en la obligación de costear la canasta básica familiar, haciendo que las mujeres tenga dos a tres trabajos en función al sostenimiento de la familia, y por lo general estos trabajos son tercerizados y sin ningún tipo de estabilidad en todo el ámbito social y jurídico porque estos trabajos en buena parte no son reglamentados por su carga de horas, entre otros, exponiéndose una precarización de las condiciones laborales” lo que conocemos como la feminización de la pobreza.
Esta situación es compleja y se va agudizando en la medida que vamos analizando la situación como sus causas y sus consecuencias. Nuestra joven culmina diciéndonos:
“El hambre y la desnutrición es otro factor que afectan a las mujeres porque al ser ellas, las cuidadoras del hogar en la situación de crisis, son ellas la que sacrifican su alimento en función de los demás familiares (disminuyen la racionalización de los platos de alimentos) y en el caso de las embarazadas la desnutrición incide en la mortalidad materna y la mortalidad infantil que a su vez se complejiza con el colapso hospitalario que hoy vivimos.”
La mujer trabajadora de a pie y con voz
Un sector de las mujeres trabajadoras y obreras vienen desde hace tres años luchando por la anulación del memorándum 2792, documento expedido por el Ministerio del “Poder Popular” de Planificación que autoriza a las empresas y patronos en general a desconocer beneficios laborales.
Memorándum N° 2792 | el punto cero de la lucha obrera
“El memorándum 2792 vulnera el derecho a un empleo decente, al ejercicio libre a la asociación sindical, y la libre agremiación de los trabajadores y trabajadoras, así como el derecho a la libre protesta. Por medio de estas tablas del hambre se ven afectadas todas las organizaciones de trabajadoras y trabajadores de la administración pública, en general tanto la centralizada como la descentralizada como es nuestro caso” recalcó la joven sindicalista.
Hemos examinado en estos últimos años una persecución a lxs trabajadorxs con los despidos masivos, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas:
“En la medida que las mujeres se han venido incorporando a la lucha como es el caso de las mujeres trabajadoras del sector salud y educación, hemos visto muchas irregularidades. Sabemos de casos de despidos como también hemos visto cómo se vulneran los derechos humanos con el hostigamiento, amedrentamiento de liderezas sindicales, este es el caso de Deyllili Rodríguez y Denis Mantilla, liderezas de los sindicatos Metro de Caracas y PDVSA”
PDVSA | Caso Alfredo Chirinos y Aryenis Torrealba
Culmina la conversación diciéndonos:
«Vivimos en una sociedad matricentrada donde la mayoría de las mujeres son sostenedora del hogar, y si no se mejora el acceso al salario, a la salud, al derecho de una educación sexual y reproductiva, a la reivindicación de las pensiones de las mujeres no se puede transformar la realidad venezolana.»