Acción Cosecha, tejiendo territorios de cooperación, amor, mancomunidad, autonomía y dignidad

Acción Cosecha es una plataforma impulsada por Las Comadres Púrpuras y el Grupo de Trabajo Mujeres Cuerpos y Territorios, que vincula lo formativo y la comunicación alternativa para tender puentes, intercambiar aprendizajes, visibilizar y fortalecer los liderazgos comunitarios de mujeres que se organizan en territorios rurales, originarios y populares, tales como la Cooperativa 8 de marzo en Sanare, estado Lara y la organización El agua nos une, y Un Cuatro Pal Conuco en la comunidad El Naranjal, los Altos Mirandinos, estado Miranda, Venezuela.

 

Comunidades que se organizan en Venezuela y apuestan por una política popular y autónoma frente al modelo civilizatorio occidental, promovido por la actual gubernamentabilidad consolidada en el estado-nación moderno, colonialista, extractivista, progresista, desarrollista, patriarcal, que desde 2014 llegó a su punto de colapso político, institucional, económico, social, cultural, producto de la caída de los precios de los commodities, de las sistemáticas políticas rentistas y de dependencia importadora, que han provocado el endeudamiento del país, el hundimiento de nuestra economía, por ende, una hiperinflación nunca antes vista, un significativo desplome de los servicios básicos y una crisis de DDHH, agudizando las relaciones de poder mafioso, rentista, extractivista, el totalitarismo, las desigualdades y brechas históricas, generando formas de esclavitud moderna, arrasando con lo común, con la madre tierra, contra las relaciones de interdependencia y ecodependencia, contra la vida en comunidad y diversidad.

El modelo civilizatorio occidental es un modelo global que es insostenible para la vida, ya que se ha construido sobre la base de la violencia, la invisibilización, sometimiento, segregación, saqueo, explotación de los cuerpos y territorios de las mujeres, las disidencias sexo-genéricas, las infancias, las personas adultas mayor, las identidades, pueblos y comunidades diversas, en especial racializadas, de sectores populares, ancestrales, rurales y periurbanos, que históricamente han cuidado y se han organizado de formas no hegemónicas, autónomas, en comunión con la madre tierra.

 

Este modelo civilizatorio ha contribuido a una brutal crisis ambiental conocida como cambio climático y una crisis multinivel global sin precedentes, lo cual ha afectado de forma significativa, a los territorios y pueblos originarios, como es el caso de AbyaYala (nombre ancestral usado por los indígenas Kuna para referirse a lo que conocemos como América Latina o NuestraAmérica), es un territorio que históricamente ha sido objeto de estas formas de dominación coloniales, debido a la riqueza de sus suelos y culturas.

 

Sin embargo, los pueblos en AbyaYala han generado formas de re-existencia, preservando su cultura y cosmovisiones, costumbres y saberes ancestrales, multiculturalismo, interculturalidad, plurinacionalidad (1), organizándose de forma asamblearia, cooperativa, heterogénea, autónoma, poniendo en práctica la reciprocidad, la complementariedad y el cuidado mutuo entre seres humanos y con la madre tierra, desarrollando economías solidarias, comunitarias, ecológicas y sostenibles, que garanticen la soberanía alimentaria, esto lo han llamado Sumak Kawsay que significa Buen Vivir en kichwa y Suma Qamaña Vivir Bien en aymara, los buenos vivires como alternativas al desarrollo (2).

 

Valores como «autonomía» y «soberanía alimentaria» han sido un motor vital para el sostenimiento de la vida tanto individual como colectiva, el libro Autonomías y autogobierno en la América diversa, concibe la autonomía como «una variedad de prácticas, procesos y mecanismos de auto-gobernanza a través de los cuales se expresan y se dotan de sentido los derechos inherentes y aspiraciones soberanas de los pueblos indígenas y afrodescendientes alrededor del mundo» (3), por lo tanto, la autonomía o autonomías son políticas, prácticas y modos de organizarse, de ser, de existir y de ver la vida de forma horizontal, diversa, colectiva, holística, autodeterminada y en movimiento.

 

Por su parte, la Red Nacional por la Soberanía Alimentaria en Guatemala (REDSAG) define la soberanía alimentaria como «el traslado del conocimiento ancestral sobre los sistemas de cultivo y conservación de semillas nativas y criollas, así como las distintas formas de adaptación de los mecanismos de producción agroecológica, forman parte de este conocimiento heredado por nuestros pueblos.» (4). Son prácticas alimentarias, en armonía y respeto con la madre naturaleza, con los conocimientos heredados de las abuelas y abuelos que garantizan la conservación y defensa de los territorios y la tierra, que sostiene y alimenta la vida, con una perspectiva de la producción alimentaria, solidaria, horizontal, descentralizada y no mercantilista ni centralizada.

 

Así, las formas de organización, tribales, comunitarias, populares y no hegemónicas se han mantenido por siglos resistiendo y re-existendo desde la autonomía y la soberanía alimentaria, frente al sistema neo-colonialista, neoliberal y patriarcal, preservando sus saberes, costumbres y prácticas ancestrales, donde los liderazgos de las mujeres cumplen un rol fundamental.

Experiencias como la de la Cooperativa 8 de Marzo y la comunidad de El Naranjal son ejemplo de autonomía y dignidad.

La cooperativa 8 de Marzo es una cooperativa ubicada la en el municipio Andrés Eloy Blanco, en el caserío Palo Verde, Parroquia Pio Tamayo, en Sanare, estado Lara, inicialmente estuvo conformada por 7 mujeres llamadas Matilde, Gabriela, Chica, Pastora, Wensa, Santiaga y Marcelina, en su mayoría trabajadoras del hogar, cuidadoras, campesinas, con educación básica, que se organizaron en un comité para intercambiar saberes sobre medicina natural, con el tiempo, estas mujeres organizadas atrajeron la atención de un misionero italiano que se encontraba predicando por la zona, el cual, asombrado por su iniciativa, les ofreció enseñarles sobre la elaboración de pasta artesanal, dándoles una máquina para amasar y picar las pastas.

 

Al principio empezaron trabajando en un local de bahareque, con implementos familiares como una licuadora, utensilios, tendedero de carrizos, una cocina pequeña y capital propio. Al principio producían 6 kilos de pasta integral en 12 horas, luego, a esa pasta le cambiaron la receta y decidieron hacer distintas presentaciones añadiendo jugos de vegetales como espinaca, zanahoria, ahuyama, acelga, brócoli y remolacha para aportar mayor valor nutritivo. El proyecto de la elaboración de pasta fue postulado para obtener un financiamiento en Navarra (España), y para alegría de ellas, el proyecto quedó seleccionado para ser financiado.

 

La necesidad de hacer, aprender, construir, alimentarse bien, sanar juntas y en comunidad, fue la semilla que dio inicio a una experiencia cooperativista que tiene ya casi 40 años, y cuenta con más de 40 asociadxs, conocida como Cooperativa 8 de Marzo, llamada así por el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras. En la actualidad, esta cooperativa ya cuenta con un galpón, donde trabajan 26 personas en su mayoría mujeres, ya que también se le han sumado hombres con mucha disposición para aprender, cuidar, sostener y construir una experiencia cooperativista, la cual produce no sólo pasta integral, sino también arroz integral, granola, afrecho, café, mermeladas, cultivo de hortalizas, fresas y plantas medicinales. Todo lo producen de forma orgánica y agroecológica, por lo que no usan agro-químicos que contaminan el medio ambiente y que producen enfermedades, garantizando una sana alimentación a la comunidad de Sanare y todo Lara.

 

Aunado a ello, la cooperativa en conjunto con la comunidad de Palo Verde pusieron manos a la obra para la construcción de la «Unidad Educativa Escuela La Zaragoza», la cuál es gestionada principalmente por la comunidad, la escuela además de ser un lugar para la educación y escolarización de lxs niñxs, es un espacio de encuentro, de asambleas, de intercambio de saberes sobre plantas medicinales, un espacio para la siembra, la cultura, el arte, el deporte, el goce y las festividades comunitarias. Adicionalmente, la cooperativa forma parte de la Red de cooperativas de Cecosesola, en la que participan semanalmente en asambleas de la Red, y en la feria de consumo familiar, donde atienden aproximadamente a mil doscientas personas de distintas comunidades del estado Lara, Venezuela. (5) 

 

La comunidad de Palo Verde es una comunidad de hombres y mujeres campesinxs y conuquerxs muy activxs, luchadorxs, cálidxs, afectivxs, juguetonxs, muy abiertos y con muchos conocimientos de todo tipo, sobre su territorio y sobre la historia local, con una gran riqueza cultural y espiritual, ricos en ritmos, bailes, fiestas coloridas, parrandas y ritos, como el Tamunangue, el baile de las Zaragozas de Sanare, el día de los Santos Inocentes, entre otros, también son una comunidad que se organiza para hacer frente a las problemáticas que lxs han atravesado como el extractivismo, la deforestación, la falta de agua, el gas, el transporte, el acceso al combustible.

 

Las mujeres de la comunidad de Palo Verde son mujeres trabajadoras, con muchos conocimientos sobre las plantas medicinales, sobre la madre naturaleza, sobre las fuentes hídricas y sus cuidados, ya que su comunidad colinda con la quebrada Atarigua, el río Portuguesa que corresponde a la cuenca local del río Yacambú, que usan para riego y consumo, tienen conocimientos sobre siembra, bioconstrucción, muñequería, artesanía, alfarería, son mujeres con mucha fuerza, ganas de aprender y de hacer, participan de todas las actividades públicas de la comunidad, se encargan de los cuidados y el sostenimiento de la vida en el hogar y la comunidad, y sostienen experiencias que contribuyen a la reconstrucción del tejido social. 

Por su parte, la comunidad El Naranjal es un caserío ubicado en la Parroquia Cecilio Acosta, municipio Guaicaipuro de los Altos Mirandinos, en las montañas de la cuenca del Tuy, del estado Miranda, la cuenca que surte de agua la región central del país. Esta comunidad de aproximadamente 7 mil habitantes, está compuesta en su mayoría por conuquerxs, sembradorxs, artesanxs, muñequerxs, bioconstructorxs, músicxs, cantorxs, bailadorxs, parranderxs, maestrxs pueblo, bodeguerxs, emprendedorxs, ecologistas, defensorxs del agua.

 

Una comunidad con una gran historia de resiliencia y también de despojo colonial, debido a las políticas estatales de «progreso», «desarrollo» que han cambiado paulatinamente las dinámicas de subsistencia de las comunidades rurales, quienes en muchos casos han tenido que abandonar las prácticas económicas comunitarias, que históricamente han garantizado su autosustento, como el conuco, sustituyéndolas por una búsqueda de trabajo en la ciudad, en la mayoría de los casos en condiciones precarias o informales, esto ha significado una fragmentacion del tejido social en éstas comunidades, una pérdida progresiva de sus tradiciones, costumbres y saberes que configuran una identidad comunitaria y territorial de larga data, heredada de generación a generación, lo que los hace susceptibles a la dependencia y el clientelismo político, por parte del estado-gobierno, a través de la distribución de las bolsas o cajas de alimentos importados, denominados CLAP, de bombonas de gas, bonos pírricos, como un mecanismo de control social. Sin embargo, esto ha venido transformándose con el pasar de los años, debido a la desmesurada inflación y el alto costo de la vida, aunado a la pulverización de los salarios y pensiones, han empujado a que muchxs habitantes de las comunidades rurales retornen a las prácticas económicas campesinas y ancestrales, y reactiven el conuco, como una forma de resilir y re-existir frente a las violencias de estado, sin embargo esta práctica todavía es vista como un «atraso» desde la lógica colonial urbana, moderna, capitalista y occidental, y hay resistencias por parte de algunxs habitantes de la comunidad  a mantenerla, sobre todo por parte de las generaciones más jóvenes. A este dilema se le suma una brutal escalada de la violencia de estado, mediante unas ejecuciones extrajudiciales realizadas por los operativos de Las Fuerzas Armadas Especiales (Faes) de la Policía Nacional Bolivariana, realizadas en El Naranjal, que cobraron la vida de tres jóvenes campesinos y empobrecidos, que fueron ajusticiados, simulando un enfrentamiento.

 

Sin embargo, a pesar de ese vil suceso ocurrido en El Naranjal, la esperanza se ha sobrepuesto, la comunidad se ha organizado de forma autónoma para hacer frente a los proyectos extractivistas, para proteger sus fuentes hídricas, que también son fuentes de la identidad y cosmovisión del pueblo naranjalero, así ha surgido lo que llaman «El agua nos une», un espacio de encuentro y aprendizaje, que busca preservar la cultura guardiana del agua, de los bosques, de la montaña, sostener el reconocimiento de la historia social y territorial, para crear una pedagogía popular, o «pedagogía del Nosotrxs», que mantenga vivos los conocimientos de los abuelos y las abuelas,  la memoria comunitaria, los cuidados, las prácticas productivas autóctonas, solidarias y autosustentables, que ancestralmente han sostenido la vida.

 

Aunado a ello, la comunidad se encontró en el hacer, en la fiesta, en las tradiciones que por mucho tiempo se habían perdido, como el velorio de Cruz de Mayo, el velorio de la virgen del Carmen, en el joropo Tuyero, en el canto de fulía, las décimas, en las gaitas y parrandas.

 

La reivindicación de la fiesta y el canto, que florecen en medio del dolor, transformándolo y resignificando como forma de re-existencia frente a la violencia de estado y la criminalización del pueblo campesino, así nace «Un Cuatro Pal Conuco» un proyecto que busca mantener viva la identidad conuquera y campesina, a través del canto, la fulía, los versos, sonidos que transmiten la belleza y espiritualidad de las montañas, contagiando de su encanto a todxs lxs habitantes, sobre todo a lxs más jóvenes, quienes han aprendido a tocar, cantar, conectar con los ritmos Tuyeros, un ejercicio que busca revitalizar el diálogo entre la generación de abuelas y abuelos y la juventud, tender puentes de afecto, de goce y de sanación, generar espacios de encuentro, para retejer la memoria comunitaria, restaurar la territorialidad, rehacer el tejido social y comunitario frente a la violencia, sacudir el miedo, y recuperar la esperanza y la dignidad colectiva. (6)

 

Conclusiones

El sistema capitalista, colonialista y patriarcal es un sistema consolidado sobre jerarquías y relaciones de poder que reproducen las violencias, un sistema que se sostiene a través del usufructo y explotación de lo común, de la madre naturaleza y las bases sociales de mujeres, disidencias sexo-genéricas, clase trabajadora, campesinxs, personas racializadas, indígenas, sectores populares y de las periferias quienes históricamente se han encargado de trabajar y cuidar para garantizar el sostenimiento de la vida tanto social como natural, cuando las comunidades se organizan para hacer frente a las violencias, se reencuentran el hacer, en el tejido, en la solidaridad, en las formas de producir alternativas, cooperativas,  en la fiesta, en en el canto, en el afecto, en el ritual, en el reconocimiento de sus historias, de su espiritualidad, sus cuerpos y territorios como fuentes de vida, en la defensa de lo común, de las comunidades y de la madre naturaleza, logran transformar la realidad, hacen tambalear las bases del sistema hegemónico, construyendo una política distinta, con una riqueza profunda que nace de la memoria y la identidad territorial y comunitaria, una política autónoma, horizontal, solidaria, asamblearia, de las comunidades para las comunidades, un ejercicio de rehacerse, renovarse que devuelve su esperanza a través de la materialización de los sueños colectivos por una vida digna y por los buenos vivires.

 

Bibliografía:

 

  1. Multiculturalismo, Interculturalidad y Plurinacionalidad: enfoques para entender las relaciones entre los pueblos originarios y los estados nacionales, Felipe Rivera Polo, 12/11/2021, Chile.
  1. Buen vivir y vivir bien: alternativas al desarrollo en Latinoamérica, Mauricio Torres-Solis, Benito Ramírez-Valverde, 12/2019, Ciudad de México.
  1. AUTONOMÍAS Y AUTOGOBIERNO EN LA AMÉRICA DIVERSA, Miguel González, Araceli Burguete Cal y Mayor, José Marimán, Pablo Ortiz-T., Ritsuko Funaki (coordinadores), marzo de 2021, Quito, Ecuador.
  1. SOBERANÍA ALIMENTARIA PARA AVANZAR AL BUEN VIVIR , equipo de la Red Nacional por la Soberanía Alimentaria en Guatemala (REDSAG), 2021, Guatemala.
  1. https://www.ivoox.com/actividades-cooperativa-8-marzo-de-audios-mp3_rf_73786926_1.html
  1. https://elaguanosune-elnaranjal.blogspot.com
 
 

Continuará…         

Atentamente…                                                                              

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Comadre Antumbra

artivista, feminista ecomunitaria, creadora, sentipensante, aprendiz de bruja, trabajadora, cuidadora, luchadora y soñadora, creo en el apoyo mutuo, los cuidados, el amor, la solidaridad y en las diversas expresiones creativas del alma para la sanación y la liberación colectiva.

¿Qué es Acción Cosecha?

Acción Cosecha es una plataforma creativa que  el acompañamiento a grupos no convencionales y contra hegemónicos de mujeres campesinas, indígenas y de sectores populares. A través de una perspectiva ecofeminista, vinculamos lo formativo y lo comunicacional para cuidar el tejido de defensa de estas comunidades. 

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