Un pintor, como es mi caso, atravesado por la estridencia del Caribe, puede sentir una deliciosa extrañeza al presenciar las delicadas obras de María Noel. Una artista cuyos límites no parecen estar determinados por el gentilicio o el número de pasaporte.
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María se formó en Bellas Artes. Es uruguaya. Pero es una pintora errante, como suelen serlo los y las artistas del muro. Ella en concreto ha pintado en su país natal y en España, Portugal, Francia, donde reside (hasta nuevo aviso, pues confiesa su plan de volver pronto a Latinoamérica).
Su imaginario no está constreñido a más determinaciones que sus afinidades estéticas y sus afanes plásticos: “creo que todo va evolucionando y cambiando junto con uno mismo. Pero hay igual una linea clara, me parece, que es un tema de investigación del color, de retratos de mujeres, me gusta también generar ciertos ambientes, poéticos si se quiere”
Es una pintora figurativa de avezada destreza y que logra despertarnos algo que ella misma no sabe explicar pero que nos revela con diestra exactitud: aquella ambientación poética que refería. Rostros de mujeres protagonizan su obra, en ocasiones embebidas en una hipnótica languidez, en otras la tranquilidad de su expresiones parecen esquivar la intensidad de sus silencios. En general sus mujeres parecen mirarse hacia dentro, como si se hubieran tomado un momento para estar con ellas mismas, como si se reconocieran. No revelan signos de lucha.
Su militancia es existir y demorarse en ser y estar con ellas mismas, sea cual sea su identidad, su etnia, su raíz.
Los fondos de colores y formas gráficas, que en ocasiones juegan hábilmente con el espacio público, proporcionan el marco que destila un lirismo que no ya a un pintor caribe, sino a un pintor hombre, como es mi caso, revela una posibilidad plástica, un universo femenino que desde la masculinidad no creo que hubiera sido posible revelar.
María confiesa la omnipresencia de su femineidad desplegada en sus rostros: “cada vez que intento escapar de eso, cuando quiero ver vuelvo a lo mismo, así que ya medio lo asumí, en mi taller estoy rodeada en todas las paredes de chicas que me están mirando”. Y al decir esto, ríe, o quizás sonríe. Es la artista sabiéndose vencida por el amor a lo que el fuero interno le ordena representar.
Sin lugar a dudas María Noel es una Monstrua del Arte Urbano. Recuerda siempre en Las Comadres Púrpuras estamos posteando diversas movidas y actividades urbanas, te invitamos a seguir de cerca esta sesión.