Sexualidad virtual… conéctate

Mantener una relación virtual para avivar la sexualidad, puede ser algo rico, delicioso, aventurero... Tocarse con la imaginación del reto de la palabra seductora.

Cybersex  💡 

No soy de esas chicas que le gusta tener sexo virtual, pues me parece vacío y una cierta desconfianza de lo que se comparte, porque me pregunto: ¿Y sí me jaquean la clave?  En fin, así que nunca lo practiqué hasta que llego él…

Esta es una relación que nace del sexo y de buenas folladas. A él lo conocía en uno de esos tantos trabajos que he tenido, pues ese chico me parecía interesante, más me daba igual conocerlo o tener una conversación con él, pero con el tiempo las cosas fueron cambiando y un día empecé a chatear con él por una red social y entre tanto chat nocturnos me invito a salir y acepté…

Ilustración: Emmanuelle Houdart

Las primeras noches  😳 

Salimos, nos tomamos unas cervezas y yo definitivamente me encontraba en esa noche de hetera ovulando, donde a mi totona le salen unos tentáculos húmedos y mi cuerpa pide otro cuerpo y pues nada, estaba él, así que follamos y follamos y me gusto, realmente me hizo un buen cunnilingus y me besó hasta no más poder, así que quede enganchada…

Luego salimos un par de días sin follarnos hasta que llegó esa noche en que decimos todos los caraqueños: ¡Caracas se presta! 

Y tass lo invité a un hotel, se quedó conmigo y claro que follamos pero esta vez no era él quien llevaba el control, no era el macho alfa que buscaba sexo con penetración, sino era yo, sí era yo la que quería besarlo, que sintiera y que me dejara penetrarlo quería verlo ser un chico femme, lo bello de él es que se dejó y eso me engancho por segunda vez…

Ilustración: Emmanuelle Houdart

Sexo virtual  :mrgreen: 

Con el tiempo me aleje de él y tomamos distancia, pero seguimos conectados por el chat y esos primeros meses fueron cómo decirlos: ricos pero frustrantes. Lo interesante del cybersex es la capacidad de explorarnos desde las cámaras y obvio desde el lenguaje ja ja ja ja… comencé a notar como él desde un comportamiento construido era increíblemente morboso, digámoslo así desde el constructo social y machista de la pornografía para machos, desde el falo omnipresente, entre imágenes de poder sadomasoquista, pero bueno yo acepté a sus apetencias a la final fue mi compañero de trabajo, luego mi pana y habíamos tenido buen sexo. Así que me dije:

Coño sigue la ruleta, déjate de ese feminismo heterocentrado, bien mainstream y nada vamos a gozar!

En un principio me divertí, me hacía reír, me mandaba imágenes eróticas y como sabe que soy bi, le encantaba mandarme imágenes de chicas, unas me agradaban, pero otras no me gustaban.

Unas eran de mujeres amarradas o de la práctica del shibari, así que le evadía esas imágenes y él se iba haciendo una idea de mis apetencias y mis deseo de placer, pero no les puedo negarl que me gustaba verme en la cámara y las cosas que me pedía que hiciera frente a la cámara.

Así duramos un par de meses, pero una jodida noche me aburrí, si me aburrí de las imágenes construidas para una ortodoxia masculina, de la sexualidad donde el coito, y la penetración es el centro, donde el lenguaje sexualizado es para ellos, donde las imágenes de poder es para ellos, para el mundo del sexo con penetración, así que decidí cerrar nuestros encuentros sexuales por todas las redes sociales, porque se había extendido por facebook, instagram, snapchat y obvio el whatsapp pensaba si le robaban el celular bien descubierta quedaría 😈  si no había borrado algo de nuestros encuentros  🙄  pues me imaginaba al malandro tomando nota de mi perfil y mi número de celular  😳 

Ilustración: Emmanuelle Houdart

Un final de algo extraño

Él acepto a mis apetencia, es decir no sexo virtual pero lo entendió mal, pues él entendió desconexión total de mí y verma eso sí que me dolió, pues ya le había tomado estima a mi excompañero de trabajo, así que hice lo mismo me desconecté.

Con el tiempo compartimos un chat y donde él dejaba claro que había comenzado una relación y yo pues libre tan libertaria como siempre… pero si me dije para mí:

¿Cómo una feminista cambia deseos, prácticas, y placeres, en un mundo digamos que se cree todavía heterosexista y que además se ha construido desde el poder?

Y ¿dónde quedan mis debates sobre las políticas del deseo?

Un tiempo después me escribió y me dijo:

-Me robaron el celular  😯 

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