Marcha de trabajadorxs
Foto | La Comadres Púrpuras

¿Por qué trabajamos?

Reflexiones sobre la situación laboral en Venezuela el 1° de Mayo Día Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores.

Las razones por las que trabajamos son variadas y diversas. Dependen de cada persona y sus circunstancias individuales. Sin embargo, algunas de las razones más comunes son:

Cubrir necesidades básicas: El trabajo es la principal fuente de ingresos para la mayoría de las personas, lo que nos permite cubrir nuestras necesidades como alimentación, vivienda, vestimenta, recreación y salud.

Estabilidad y seguridad: Un trabajo estable puede proporcionarnos una sensación de seguridad y estabilidad en nuestras vidas, especialmente cuando hay responsabilidades con familiares e hijxs.

Autonomía e independencia: El trabajo puede brindarnos un sentido de autonomía e independencia, ya que nos permite controlar nuestro propio tiempo, dinero y esfuerzo.

Realización personal: Para muchas personas, el trabajo es más que una forma de ganar dinero. Es una oportunidad para desarrollar sus habilidades, talentos y potencial. El trabajo puede proporcionar un sentido de propósito, satisfacción y autoestima.

Contribución a la sociedad: A través del trabajo, podemos contribuir al bien común y mejorar la sociedad en la que vivimos. Esto puede motivar a algunas personas a trabajar en sectores como la educación, la salud o el servicio público.

Presión social: En algunas sociedades, existe una fuerte presión social para trabajar. Se espera que las personas adultas contribuyan a la economía y sean productivas.

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El trabajo en Venezuela

Sin embargo, en Venezuela todas estas razones quedan a un lado cuando hablamos de trabajo digno y salario justo. En otro momento histórico se buscaba empleo por todas las razones antes descritas, sumado a tener un mejor futuro, capacidad de ahorro, y asegurar una vejez sin contratiempos con lo que conocemos, algunos, como la pensión o la jubilación. 

La crisis sistemática, la precarización, la falta de oportunidades y los bajos salarios o salarios simbólicos han hecho que muchxs trabajadorxs ,igren forzadamente, realicen otra actividad que nada tiene que ver con sus talentos o sean sobreexplotadxs en las dinámicas salvajes del trabajo freelancer.

Trabajos sin horarios, sin tareas definidas, uso de equipos tecnológicos propios y cubrir las necesidades de conexión a toda costa son algunas de las situaciones a las que hay que enfrentarse para ganar $50 mensuales o un poco más, según lo que se pueda hacer desde la “comodidad del hogar”; frase que consuela a la mayoría de personas que realizan labores para empleadorxs extranjerxs o nacionales que les garantizan nada más la paga mensual. 

Por otra parte, están lxs trabajadorxs que se dedican a la compra-venta de artículos por Internet, la venta de dulces, zapatos, carteras y un largo etc… lo que llaman economía informal. Todo eso combinado, por supuesto, con sus empleos formales en empresas, tiendas o instituciones del Estado, porque ningún salario alcanza y porque todo suma en estos momentos. 

Según Apucv, van 778 días sin aumento de salario y con la consigna clara y constante de que “bono no es salario”. La bonificación del salario a supuesto una estrategia que ha aplicado “el gobierno de la clase obrera” para intentar mantener calmados los ánimos en la calle y que lxs trabajadrxs no salgan a protestar y a exigir mejores condiciones laborales en todos los sectores del país. Pero cada día hay más personas dispuestas a exigir los derechos contemplados en la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras desde mayo de 2012 y en la Constitución de la República.

Lamentablemente ya no trabajamos para poder disfrutar de vacaciones en algún momento del año o para ahorrar y comprar una casa o un carro, ahora trabajamos como sea y donde sea para poder completar la plata para el “mercado”, que dependiendo de cada familia, varia lo que hay en la nevera o en la alacena. 

Según datos de la encuesta Encovi 2023: 68,4 % de venezolanxs dejó de comer alimentos saludables, un 66,6% poca variedad en el consumo de alimentos, y un 32,2 % dejó de hacer una comida. ¿A qué se debe esto? Al poco ingreso económico que tiene la población en estos momentos y la inestabilidad de los precios de los productos. La canasta básica, según datos del diario Tal Cual se ubicó en $535,63 en enero de este año. Mientras que el salario mínimo es de $3,50 y los cestaticket en $40.  Nos preguntamos, ¿Qué podemos comprar con $43 al mes?

Y por supuesto que sabemos que hay personas que ganan más de esos $43, que hay instituciones que entregan bonos bastantes significativos y por ende hay algunxs trabajadorxs que están en una situación económica distinta, pero no es para todxs y no es la mayoría. 

En esa mayoría se encuentran lxs empleados de los ministerios de salud y educación; decir cómo están lxs trabajadorxs de estos sectores serían redundar y que todo lo que quede de reflexión sea una larga lista del abandono gubernamental a dos de las instituciones más importantes del país.

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Mujeres venezolanas y las condiciones de trabajo. 

Salud y educación son dos áreas en que una buena parte del trabajo es cubierto por las mujeres, porque son trabajos de cuidado y de primera necesidad. Nos preguntamos: ¿Cómo están las mujeres laboralmente hablando en Venezuela?

En las 4° Conversas Púrpuras realizadas en marzo de 2024, mujeres de diferentes espacios se congregaron para hablar sobre las diversas situaciones a las que se enfrentan las mujeres en un país que no respeta los derechos laborales. Les dejamos un poco de lo expresado en la jornada:

Keta: En la actualidad estamos en pluriempleo, perdimos la doble jornada, ahora tenemos que trabajar, matar tigres y además el trabajo de la casa que no está remunerada.

Comadre Candelaria: Nuevas formas de empleo en el marco de la crisis nos han traído mayor inestabilidad, pues hay colapso entre el trabajo formal e informal. 

Liliana:  No solo estamos expuestas al trabajo presencial explotador, sino también al trabajo virtual explotador, esto en peor medida recae en las mujeres cabezas de familias, familias monoparentales.

Mima: La mano de obra trabajadora está en una situación de esclavitud moderna, peor aún en el cyber espacio donde no existe ningún tipo de regulación ni condiciones laborales protectoras.

Valeria: Cada vez hay menos salas de redacción en los medios. La/el periodista en esta época es multitarea, toma fotos, etc y con sus equipos.

Comadre Clavel Rojo: Las mujeres migrantes venezolanas no solo son gravemente discriminadas fuera del país, sino también en muchas ocasiones el «trabajo» más rentable que te ofrecen es el de trabajo sexual virtual.

Isabel: En Venezuela nos encontramos en una situación de súper explotación. Explotación del trabajo, de los cuidados. Nos toca buscar alternativas a esta realidad.

La Comadre Candelaria también comentó que, las mujeres dedican entre 80 y 90 horas para sobrevivir en Venezuela, y surge la duda de ¿en qué momento cuidamos a nuestra prole?

Según el artículo La crisis venezolana golpea más fuerte a las mujeres publicado en el portal de DW en marzo de 2024, “la brecha de género en la participación laboral se situó en un 25,4%, lo que representa una disminución de 3,5 puntos porcentuales respecto al año anterior. Sin embargo, lamentablemente esta reducción no se debió a un aumento en la participación laboral femenina, que en realidad descendió un 1,8%. Más bien, fue resultado de una abrupta caída del 11,3% en la participación laboral masculina.

Es decir, cada vez hay más mujeres dedicándose a las tareas del hogar y a trabajos remunerados al mismo tiempo, esto sin contar las horas que se dedican al cuidado de lxs hijxs, personas enfermas o personas ancianas. Además, hay que comentar la crisis de los servicios públicos que sumergen a la mujeres a dobles y triples jornadas de tareas en el hogar; por ejemplo: si en una zona rural no hay gas, las mujeres recorren horas en busca de leña; si en la casa falta el agua y no hay suficiente envases de recolección, las mujeres salen de su casa en busca de agua.

También es importante hablar de la pobreza menstrual, una situación que afecta a miles de venezolanas que no tienen acceso a productos para gestionar su menstruación. 

Una investigación de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), publicada en marzo de 2023,  estimó que 1 de cada 4 mujeres no cuenta con productos de higiene femenina en su hogar. Esto debido a los altos costos de los insumos. 

Entonces, ¿Por qué trabajamos? ¿para mantenernos, para mantener a nuestras familias, para alcanzar un bien material o solo por no perder la costumbre? 

En realidad, esta pregunta es muy personal y debe responderla cada persona en su individualidad para saber si continúa en ese trabajo o no si las razones son suficientes para seguir cumpliendo con las tareas asignadas, aunque el salario y los cestaticket sean un símbolo.

Referencias:

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Antumbra

Acción Cosecha. Senti-pensamientos y sueños sobre la comunidad, los cuerpos y territorios

Después de visitar el campo en la comunidad de El Naranjal y la Cooperativa 8 de Marzo en el marco del proyecto Acción Cosecha, me he sentido frágil, etérea, diminuta, como si fuera una espora, con una sensación como de estar volando sobre una nebulosa de emociones, de seguir orbitando en esos lugares, y sentir las formas, los olores, las miradas, las sonrisas, el calor, las esencias de esos lugares revoloteando, habitando en mí.

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