Las comadronas de la montaña florenciendo por hacer vida en la comunidad

Nos encontramos con diferentes mujeres de pieles tostadas por el sol y al cuidado de la vida

Créditos Ketsy Medina
Créditos Ketsy Medina

Entre las montañas que limitan el estado Miranda y Aragua donde se baila joropo, abunda el níquel, la arcilla, y se filtran los rayos del sol. Viven mujeres, hombres, niñas y niños cercanos a la brava Emilia, un río en donde pescan y se proveen de sus aguas para los cultivos, todavía a un costado permanecen de pie las ruinas de un trapiche colonial que surtía los cultivos de la caña de azúcar.-

En la medida que íbamos entrando a la aldea de la Concepción nos encontramos con diferentes mujeres de pieles tostadas por el sol y al cuidado de la vida, otras dedicadas a las jornadas de la siembra o a los viveros privados, todas ellas trabajadoras a faenas de más de doce horas de trabajo no remunerado y caminatas largas por caminos de tierra para traer la comida al hogar.

Créditos: Las Comadres Púrpuras

CONOCIENDO A LAS MUJERES DE LA CONCEPCIÓN

Nuestra amiga, comae andante y de la montaña, voluntaria, activista comunitaria y feminista Ketsy Medina nos va presentando a las mujeres de la concepción. Nos detuvimos en diferentes hogares, casas chiquitas hechas de paredes de bahareque para que conociéramos algunas integrantes de las Comae de la Montaña, quienes van a las reuniones de mujeres de cada mes y que participan para dar vida a los eventos en la aldea.

Aquí tratamos que todas participen, que los hombres hagan otros roles que no están acostumbrados hacer como el sancocho comunitario y que las niñas, niños descubran el valor que tiene sus madres por estar dedicadas al cuidado de ellos y de sus hogares” Nos cuenta entre sonrisas y mirada fija Ketsy Medina.

Esperanza e Iris son mujeres fuertes en las puertas de la aldea. Ellas fueron las primeras en conocer, cada una con historias de vida que nos pueden hacer llorar cuando la empatía se vuelve carne y hueso. Esperanza es madre soltera e Iris tiene pareja, ambas a cargo de varias hijas e hijos, sus hogares son de pisos de tierra y muy cercanos a la quebrada donde deben sacar agua para los quehaceres domésticos e higiénicos. A  pesar de tener dificultades como la falta de electricidad, el agua y el gas, se encargaron con esfuerzo de hacernos las meriendas para el evento, un rico manjar de parchita y un arroz con coco que nos embrujaba a la distancia por su olor.

Yanfri y Luna madre e hija son mujeres inteligentes, amables y conversadoras. No nos faltó el calor de una buena anfitriona y la compañía de una joven adolescente que no dudó en colocarse un poquito de reguetón y salsa para que la noche fuera alegre, mientras cenábamos a la orilla del río y el carbón de la leña cocinaba el arroz con pollo para el primer día de taller.

Yanfri siempre tuvo palabras para hablar de la lucha de las mujeres y del proceso que vivió cuando a Luna en su infancia se le complicó su salud. Nos decía No, mija yo no me quedé con los brazos cruzados, yo salía de esa situación porque sí, y así fue, ahora Luna ya es una adolescentes de 17 años con necesidades educativas especiales pero, con sueños y ganas de seguir adelante.

Yanfri y Luna nueva mujeres de rio, mujeres de montaña. Créditos Ketsy Medina

TEJIENDO DESDE OTROS FEMINISMOS, AUTOGESTIVOS Y TRENZANDO LUCHAS

En la Concepción se está construyendo desde las mujeres pero no se excluyen a los hombres y a los niños porque han entendido que la comunidad es diversa, múltiple y que cada quien es importante, se está trabajando para el autocuidado y al mismo tiempo se celebra los cuidados de la vida. Esa es la intención de estas mujeres rurales que siguen pensándose su nombre, pero por ahora les agrada Las Comadronas de la Montaña que una vez al mes se reúnen para planificar actividades para la comunidad desde una forma autogestiva y colaborativa.

Esta comunidad está consciente que enfrentan diferentes problemáticas en materias de salud por falta de un médico en el ambulatorio de la aldea, los económicos porque ahora cultivar en el campo no es tan sencillo, los costos de inversión no son los mismos que los de retribución (precio de la gasolina y materiales) la ausencia de mujeres, hombres y lxs jóvenes debido a la migración quienes se han ido a trabajar a otras tierras y el crimen organizado con la megabanda del tren de Aragua. 

Es así como las actividades de la aldea y el trabajo tanto comunitario y voluntario toma luz para traer vida a esta comunidad. Uno de ellos se centra en el apoyo solidario que se ha cruzado entre la ciudad y lo rural y donde Ketsy se ha vuelto un enlace comunicacional a través de su cuenta de instagram @ketsymolotov que se dedica a difundir y a reseñar la vida de estos habitantes, es así como ha observado las necesidades de la misma y la necesidad de seguir de manera participativa por vivir en comunidad,  los primeros esfuerzos han sido para traer ropa en buen estado y juguetes para los involucrados y más necesitados.

Créditos: Las Comadres Púrpuras

El apoyo para este evento fue a través de la colaboración de María Virginia Gonzales, una venezolana y activista feminista que reside en otro país. Fue así, como fue invitada a la montaña Tibisay Mendoza creadora de Uterina un espacio que impulsa el autoconocimiento, el autocuidado de la salud y la educación sexual en materia de ginecología autogestiva, natural, la cultura menstrual, y donde se desmitifica las estructuras de poder patriarcal durante la historia; y la comae Antumbra quien se ha encargado de impulsar de manera solidaria y dar lucha política sobre los ecofeminismos en el colectivo. Ambas compartieron conocimiento para dar este primer encuentro que fue un festival de risas y sorpresas.

Créditos Ketsy Medina

CARAVANA DEL AUTOCUIDADO DE LA LA SALUD PARA LAS MUJERES

“Necesitamos sentir y danzar para sanar”

Desde nuestra arista de acción participativa, hicimos que las mujeres rompieran hielo y se enfrentarán a sus miedos, sus alegrías, a sus traumas y a los silencios “No hay algo más difícil que quitar el pudor de algunas mujeres por su vulva, que bueno que nos acompañó las risas y Baubo” comentó Tibisay.

Es así, como conversamos sobre salud, autoestima, amor propio y reconocimiento de  nuestros cuerpos. La dinámica de las primeras horas fue encarar cómo las mujeres, que están al cuidado de la vida, no cuentan con horas para el autocuidado de la vida personal,  la observación y el  diagnóstico de su salud física y psicoemocional dejando atrás el valor y el estima por sí misma. Hicimos ejercicios de respiración, mapeo corporal y un  círculo de la palabra donde todas somos importantes y escuchadas por el bastón de la palabra.

Día 1. Mapeo . Créditos: Las Comadres Púrpuras

Las últimas horas fueron de dibujo y creación artística y del trabajo del diario corporal donde las mujeres decidieron expresar y mapear sus vulvas. Las carcajadas salieron y caras de susto cuando se mostró un espéculo y los diferentes materiales de la gin-ecología autogestiva.

Al cerrar el taller, las mujeres de la comunidad y las facilitadoras recibieron un regalo de las niñas y niños de la comunidad, quienes también participaron en el evento en dinámicas distintas en otro salón de la escuelita acompañados por Ketsy. El resultado fue un bello arroz con leche en versión feminista y minutos después nos dedicamos a comer juntas, además que Ketsy repartió con la comunidad  ropa en buen estado y juguetes que ha estado recolectando de los donativos.

“No nos imaginábamos que iban a venir otras mujeres de otras aldeas, se acercaron mujeres de otros territorios como la aldea del pegón y las oficinasseñaló la comae Yanfri con su voz entre cortada y de alegría a la vez, después del cierre del primer día.

Esperando el arroz con leche. Créditos: Las Comadres Púrpuras

Nuestro segundo día sabíamos que probablemente no vendrían mujeres de las otras aldeas, porque Ketsy nos dijo que son horas caminando para llegar a la escuelita, pero no, la sonrisa nos llegó a la cara al ver que llegaban y con más mujeres de su localidad, mujeres embarazadas y muy jóvenes.

Se abrió el círculo con ejercicios de estiramiento para soltar la cuerpa. La mañana transcurrió entre sonrisas, asombro y curiosidad. Nos acercamos a la gestión menstrual, a los mitos que se encierra sobre la menstruación, conversamos sobre el ciclo fértil, infecciones vaginales y las its, mapeo para masajes para los pies, construimos entre todas un herbolario para la mujer y rifamos un kits de gestión menstrual.

Pintando úteros. Créditos: Las Comadres Púrpuras

Créditos Ketsy Medina

Créditos Ketsy Medina

La jornada fue culminando con actividades artísticas  No hay más gracias que ver mujeres coloreando sus úteros lleno de color, pasión, amor y alegría” decía Tibisay.

Créditos Ketsy Medina

Créditos Ketsy Medina

Algunas se dieron su masaje en los pies, y por último cerramos con palabras positivas de la experiencia vivida, nos dimos varios aplausos para decirnos que somos amadas y merecemos ser respetadas. Ese día el regalo fue un sabroso sancocho donde colaboraron los hombres de la comunidad y se siguió con la entrega de la ropa para los participantes.

Pelando las verduras. . Créditos Ketsy Medina

Hombres alrededor de la sopa. Créditos Ketsy Medina

Nuestras últimas horas la pasamos en compañía de la Comae Obdulia, quien en la antesala de la casa Aguamiel nos contaba sobre su madre Rosa, quien fue la matrona y partera de la comunidad; y como fue ayudante de su madre al traer los bebés de Altagracia de la Montaña ¡Que regalo tan especial y suerte para nosotras!

Gracias por todo y seguiremos tejiendo para hacer comunidad desde las adversidades. 

SALUD GOCE Y LIBERTAD 

La casita de las Comadres Púrpuras La Morada es un espacio de lucha social y creación para mujeres y hombres donde se convive con la autogestión y la voluntad, además es un centro de acopio para apoyar a zonas más necesitadas. Si quieres participar en colaborar en el centro de acopio y crear lazos comunitarios y populares, búscanos en nuestras redes sociales o comunícate con nosotras por lascomadrespurpuras@gmail.com

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Somos un grupo de amigas, parias y rebeldes. Nos dimos cuenta que la brujería y los movimientos paganos comunicacionales son lo nuestro. Aún pateando calle y con un poco de paciencia, nos adentramos en el mundo cibernético. Ladramos, mordemos y cuando llega el momento nos ponemos el monóculo. Maestras en el arte comunicacional y politólogas, aferradas a la loca idea de cambiar al mundo con un poco de humor.

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