El pasado domingo 9 de septiembre de 2018 los habitantes del sector correspondiente al Consejo Comunal Madre Tierra, dentro del casco histórico de la parroquia La Pastora (Municipio Libertador, Distrito Capital) vivieron una intensa jornada electoral, al elegir a sus 48 voceros y voceras, entre los 57 candidatos y candidatas que se presentaron ese día para ocupar las vocerías de las diferentes unidades de dicho organismo.
Con más del 30 % de participación de los vecinos y vecinas inscritas en el registro electoral del consejo comunal (cifra mínima de participación para que sea válida la elección, según lo estipulado en la Ley Orgánica de los consejos comunales) la jornada representó un éxito total, del que fueron testigos Fundacomunal, ente rector en materia de consejos comunales, así como varios observadores externos al sector (pertenecientes a diferentes instituciones, como la Universidad Bolivariana de Venezuela, o a distintas organizaciones sociales, como la Cooperativa Toromayma y la Fundación Flow Venezuela).
Estas personas, al igual que los más de doscientos vecinos y vecinas que acudieron a votar, pudieron dar fe de la transparencia del proceso de elección, que arrancó a las 8:00 AM, y del de escrutinio, que se prolongó hasta la medianoche.
El éxito de esta jornada resultó ser tanto más contundente cuanto que los obstáculos que se le presentaron a los organizadores de la actividad, encabezados por la Comisión Electoral Permanente recién electa en elecciones directas y secretas, el día 28 de julio del presente año, fueron incalculables.
En efecto, los vecinos y vecinas tuvieron que enfrentar ese día la guerra abierta que le declaró el CLAP del sector a la Comisión Electoral.
Durante todo el día, la directiva de este órgano gubernamental, apoyada por el Estado Mayor Parroquial y el equipo político del partido de gobierno (PSUV), se dio a la tarea de desconvocar a los vecinos para que no votaran, mintiéndole a la gente y diciéndole que la elección había sido suspendida por Fundacomunal.
Durante las últimas semanas, esta cúpula intentó por todos los medios impedir que se realizaran estas elecciones, interceptando a la promotora de Fundacomunal con la finalidad de acusar a los organizadores de las elecciones de actuar a puertas cerradas, sin informarle a la comunidad, a pesar de que la misma promotora asistió a todos los actos públicos convocados por la Comisión Electoral.
Durante la misma jornada electoral, aquellos actores políticos malintencionados también mandaron sistemáticamente mensajes de texto a los vecinos desinformándolos acerca de una falsa suspensión de las elecciones. Además, se dieron a la tarea de arrancar toda propaganda electoral publicada por la Comisión Electoral y pegada en las calles.
Los vecinos de este sector de la populosa parroquia La Pastora pudieron darse cuenta, pues, de la forma muy peculiar que tiene la cúpula gubernamental de “defender» el mandato constitucional y nuestra democracia participativa y protagónica.
¿Pero qué se esconde detrás de esta voluntad sistemática, por parte del CLAP de este sector, de negarle a los vecinos y vecinas el ejercicio más elemental de sus derechos democráticos?
Es muy sencillo: desde hace más de un año, la directiva de este CLAP viene cometiendo una serie de irregularidades en contra de la comunidad, como por ejemplo mantener secuestrada la cuenta del consejo comunal (pues dos de las directivas del CLAP también fueron elegidas, durante el pasado período del consejo comunal, cuentadantes del mismo), retirarle arbitrariamente las cajas-CLAP a ciertas familias y resistirse sistemáticamente a rendir cuentas ante la comunidad.
Esta situación fue denunciada, a principios de año, ante la Vice-Presidencia de la República, el Estado Mayor Parroquial y el Círculo de Lucha Popular (CLP) del sector.
Véase Aporrea:
https://www.aporrea.org/poderpopular/n322375.html y https://www.aporrea.org/actualidad/n325204.html ), sin que ninguna autoridad tomara cartas en el asunto.
Esto le permitió, pues, a la comunidad de Madre Tierra, evidenciar el hecho de que existen evidentes complicidades entre el CLAP y la propia estructura del equipo político del PSUV. Y, por otra parte, le dio poderosas herramientas a la Comisión Electoral del Consejo Comunal Madre Tierra, para recibir por parte de la Unidad de Contraloría Social del mismo, las pruebas escritas de todas las irregularidades cometidas por el CLAP.
Al mismo tiempo le dio toda legitimidad para decidir no admitirle la candidatura a ningún miembro de la Directiva del CLAP, lo que representa una decisión sin precedentes, ya que son pocos los consejos comunales que han logrado procesar ellos mismos casos de mala administración y de irregularidades administrativas.
Este es, pues, un caso que debería servirle de ejemplo a las demás comunidades para que se atrevan a ponerle un freno a la trampa y a la impunidad.