26-01-2021 El 23 de enero de 1958 es la fecha en la que se derroca al dictador el general Marcos Pérez Jiménez gracias a la movilización del pueblo en la calle
Actualmente en Venezuela se levanta un sentido común para construir junto a la diversidad de agrupaciones políticas y sociales que denuncian mejores condiciones de vida. Cada rincón del país se mueve buscando la forma de no morir por el olvido, encontrando solidaridad en cada paso y una profunda determinación por vivir.
El pasado sábado 23 de enero de 2021, en la puerta Tamanaco de la Universidad Central de Venezuela, en Plaza Venezuela, nos convocamos por la defensa de una vida digna, de los Derechos Humanos y aun cuando venimos de caminos políticos, culturales y comunitarios diferentes, distantes experiencias, nos unimos en todas nuestras luchas desde la autonomía y la necesidad de reconocernos y reconstruir el tejido social.
Durante toda la mañana se asomaba un clima cordial y respetuoso. Para muchos grupos era la primera vez que se encontraban en un espacio común, para otros era un día más de encuentro callejero. Entre tambores, maracas y cantos que a viva voz decían “A la calle otra vez” iba transcurriendo la tarde.
Luego, nos juntamos en una asamblea popular, y en cada derecho de palabra se mostró la cruda realidad que vive cada gremio, cada sector, golpeado por esta crisis sin precedentes que nos ha dejado violencia y precarización de la vida.
Con un salario y una pensión de 1 a 4 dólares mensuales, la violación sistemática de derechos laborales y la desaparición de las contrataciones colectivas, el desmantelamiento de las cajas de ahorro, las condiciones insalubres de la infraestructura, trajo como consecuencia la migración forzada, el abandono de sus trabajos, la precarización de la vida, el derrumbamiento de las instituciones, el detrimento de los servicios básicos (agua potable, gas doméstico, electricidad, internet y telefonía) que trajo consigo la privatización de los mismos y esto influye en el aumento de los cinturones de miseria. La destrucción del sistema de salud pública ha colocado en riesgo a la población que no puede costearse consultas médicas privadas, ni tiene acceso a medicamentos, situación que empeora con la aparición del Covid-19, por ende, resulta imposible callarse y no revelar la precariedad en la que se encuentra la población venezolana.
También se denunció la situación de violación de Derechos Humanos responsabilizando a los órganos represores del Estado que cada vez más afinan sus tácticas de psico terror que se traducen en persecución, privativas de libertad, tortura, desaparición y asesinato a líderes comunitarios, trabajadorxs, y cualquier persona que desde su derecho a la libertad de expresión manifiestan la situación indignante en la que vivimos y el desacuerdo total con este mal gobierno.
Estuvimos presentes la Federación Nacional de Jubilados y Pensionados, Federación de Trabajadores Judiciales, Federación de Trabajadores Universitarios, Sinatra UCV, Coalición Sindical Nacional, 100$ Sindical y Gremial, CCURA, movimiento de estudiantes, representante del sector educativo, la Articulación de organizaciones sociales #RompamosElSilencio y la Articulación Feminista Mujeres Contra las Violencias, un gran número de personas que desde la intergeneracionalidad y lo intersectorial alzamos nuestras voces impregnadas del ímpetu de la lucha por una vida vivible.
SALUD, GOCE Y LIBERTAD